Recordemos a los pobres
Usted puede saber una cosa o dos acerca del apóstol Pablo y la asombrosa transformación que Jesús tuvo en su vida. Para los que no saben, en pocas palabras esta es su historia.
Pablo era un judío llamado Saulo de Tarso, que perseguía a los cristianos. Hasta que un día algo extraordinario sucedió, un choque de luz lo cegó. Esa luz fue Jesús quien se acercó para hacer una pregunta bastante sencilla: Saúl, Saúl, ¿por qué, me persigues? (Hechos 9: 4)
Entonces sucedieron una serie de cosas y él aceptó a Cristo como Su Salvador. Ahora se le conoce como el apóstol Pablo, un hombre de Dios que predicó, evangelizó, escribió una gran parte del Nuevo Testamento, y como la mayor parte de la iglesia primitiva es un mártir. (Por favor, no te conformes con mi condensada versión de la historia de Pablo, busca la historia en la Palabra, Hechos 9).
14 años más tarde, Pablo regresó a Jerusalén con Bernabé y Tito. En este viaje los tres pilares de la iglesia Cristiana: Santiago, Cefas y Juan aprobaron la obra que ellos habían estado haciendo para el Señor. Vieron la gracia de Dios hacia Pablo para predicar el evangelio a los gentiles – los no judíos. Sin embargo, tenían una petición.
“Sólo deseaban que recordáramos a los pobres, lo mismo que yo también estaba deseoso de hacer.” Gal. 2:16
Interesante, que de todas las cosas que podrían haber mencionado sólo dijeron RECUERDA A LOS POBRES.
Es importante recordar que durante este tiempo histórico muchas personas abandonaron sus hogares para seguir a Cristo. Y para proveer las necesidades de esta comunidad en crecimiento, la iglesia primitiva hizo algo asombroso; Se unieron como un solo cuerpo y compartieron todos sus recursos (Hechos 2:45; 4: 32-27).
A pesar de sus esfuerzos, había muchos cristianos que apenas tenían algo. A estos Santiago, Juan y Cefas se referían, a los pobres hermanos y hermanas en Cristo que no tenían suficiente y para ellos era importante que se sus necesidades básicas fueran satisfechas.
¿No es interesante que ellos le recordaron a Pablo algo que parece sentido común, ayudar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo? Tristemente el sentido común, ya no es tan común porque olvidamos:
- Proveerle a los pobres
- Amar a los demás en acción sin esperan nada a cambio
- Ayudar a los que están pasando por crisis económica
- Aportar a ministerios y misioneros.
No sólo nos olvidamos de los pobres en economía, olvidamos a los pobres de corazón, al no exhortar a aquellos que están desanimados y débiles en nuestra comunidad cristiana. Jesús vino a sanar y ha vendar las heridas, “Él sana a los quebrantados de corazón y las vendas de sus heridas.” Salmo 147: 3.
Entonces, ¿por qué no estamos imitando las acciones de Jesús?
Pablo, Bernabé y Tito necesitaban un recordatorio, “recuerden a los pobres” y nosotros también. Por que tenemos una tendencia a satisfacer nuestras necesidades antes que las del prójimo, y a predicar el amor de Jesús, sin aplicarlo.
Seamos una comunidad de Cristianos que ama en palabra y en obra.
Aplicación:
- Ora para que el Señor abra tus ojos y tu corazón para ver las necesidades de las personas en tu comunidad cristiana.
- Comprométete a ayudar a una familia de tu iglesia que está en necesidad.
- Patrocina un ministerio o un misionero, no importa si es $ 5 al mes o $ 50
- Ama desinteresadamente como Cristo
Señor, Gracias por el increíble ejemplo que nos has dado del amor desinteresado. Tú lo has dado todo por nosotros, tu Hijo en una cruz para pagar nuestros pecados. Ayúdanos, Señor, ha amar como como tú. Abre nuestros ojos para así ver las necesidades que nos rodean, y perdónanos por las muchas veces que podríamos haber hecho algo por los demás, pero no lo hicimos. Enciende un fuego de amor entre tu pueblo. En su nombre de Jesús, Amen.
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