Mira a toda la gente solitaria…
Eleanor Rigby y el padre Mckenzie tenían algo en común: Eran personas solitarias. Y aunque han pasado 61 años desde que los Beatles compusieron esa canción en 1966, es tan oportuna ahora como lo fue entonces. Porque muchos de nosotros nos sentimos de la misma manera solos en medio de las multitudes, solos a pesar de los 500 amigos en Facebook y los muchos seguidores en Instagram y Twitter.
Y como Eleanor nos podemos encontrar hiendonos de la casa con una máscara que dejamos al lado de la puerta. Ocultando el anhelo que tenemos por una intimidad más profunda que la que los medios sociales nos pueden proporcionar. Tal vez todo lo que estamos pidiendo es uno o dos buenos amigos a los que podemos hablar de la vida o una pareja para compartir el día a día.
No es mucho pedir, ¿verdad?
Sin embargo, nos encontramos conformandonos con instantáneos y breves momentos felices en las redes sociales que crean la ilusión de vivir en comunidad, mientras se pierden las oportunidades de conectarse con quienes nos rodean. No me malinterpretes las redes sociales son una bendición que nos ayuda a conectarnos con la familia y seres queridos, pero no es la fuente que guía el camino hacia relaciones significativas; Andrew Sullivan lo explica perfectamente en su artículo Solia ser un humano “I Used to a Human Being“:
Al sustituir rápidamente la realidad virtual por la realidad, estamos disminuyendo el alcance de esta interacción aun cuando multipliquemos el número de personas con las que interactuamos. Eliminamos o filtramos drásticamente toda la información que podemos obtener al estar con otra persona. Los reducimos a algunos contornos: un “amigo” de Facebook, una foto de Instagram, un mensaje de texto – un mundo controlado y secuestrado que existe en gran medida libre de las erupciones repentinas o inconveniencias de la interacción humana real. Nos convertimos en los “contactos” del otro, sombras eficientes de nosotros mismos.
Como expresó Sullivan, más allá de unas cuantas fotos y un par de comentarios, no vamos a saber qué está verdaderamente pasando en la vida de esa persona o en la nuestra. Si dependemos de los medios sociales para mantener relaciones, terminará sin dar fruto. Ya que lo unico que está haciendo es crear un muro que nos impide ver la realidad de cada persona: su lenguaje corporal, sus luchas y la fealdad de la vida que no se ve muy bonita en una foto imagen con filtro de Instagram.
Únte a mí esta semana en salir de la zona de comodidad para tomar el tiempo en invertir en la vida de alguien, cara a cara o incluso a través de facetime y skype. Pídele a alguien del trabajo, la iglesia, la escuela o la universidad a comer y resiste la tentación de esconderte en tu smartphone. Uno nunca sabe qué cosa nueva podemos aprender con tan sólo mirar a la gente y a nuestro entorno con tan sólo mirar hacia arriba.
Applicación
Ayuno “Media” – Establece un tiempo para retirarte de los medios de comunicación y sus dispositivos, esto te proveera de tiempo para asi compartir con los demás, meditar y orar.
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